Los días de relax sirven para bañar al oso [Jake C.]

Había planeado un "duro" día de relax para mis compañeros pero aun a pesar de todas mis preparaciones hechas previo a todo se habían visto modificadas al saber que la pajarita que no iba a poder a acompañarnos al oso y a mi, no quería presionarla a nada por lo que prefería que fuera a su aire si es lo que quería, como no era el caso del oso que siempre que podía se sumaba al carro. No tenía ningún inconveniente en que me acompañara siempre que quisiera, era mi compañero al fin y al cabo así que debía de tenerlo atendido en vez de aburrido ya que de esa manera evitaba tenerlo con los colmillos fuera. Cargué una mochila con algo de comida ya preparada, unas cuantas toallas, cubiertos de plástico para no ponernos perdidos y por supuesto un buen cepillo, tenía la intención de tirarlo a la laguna en cuanto tuviese ocasión para que se remojase ya que una de las órdenes del día era que el oso negro se tomara su ducha de una vez.

- ¡Jake nos vamos date prisa! - ´grité una vez estuve en la puerta, escuché como se acercaba ya que no iba andando precisamente, cuando apareció por la esquina salí al exterior directo a mi coche, íbamos a tardar un poco en llegar por lo que ir andando no era una opción, además así podríamos cargar con todo, y todo incluiría seguro al perezoso.de Jake. Cuando subió al coche tuve que recordarle no se ya por que vez que se pusiera su cinturón antes de que arrancara - No me cansaré nunca de repetírtelo - le reproché mientras tomaba ya rumbo hacia nuestro destino.
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Nada mas llegar al lugar antes de que pudiera detener el coche vi como mi compañero abría la puerta del coche sin ningún tapujo y se lanzaba mientras adoptaba su forma verdadera haciendo su ropa trizas - ¿¡Jake qué haces!? - no era la primera vez que lo hacía, vale que luego estuviera bien pero solo faltaba que un día no todo fuera así, detuve el coche en seco para dejar bajar y salir corriendo tras él, no quería hacer añicos yo mi ropa también así que corrí lo más rápido que pude tras él. Por suerte no fue a parar muy lejos, cuando me fui acercando suspiré aliviado, mirado por encima no parecía tener daño alguno, estábamos en pleno bosque pero todaía no era nuestra parada así que tenía que intentar convencerlo de que volviera a entrar al coche - ¿Qué demonios haces? también te tengo más que dicho que no saltes de los vehículos cuando están en marcha, vuelve a subir al coche, tranquilo, es aquí donde quería traerte pero se un lugar más bonito para que juegues tranquilo, vamos - le dije al oso que había allí parado como si nada mirándome, una persona fuera de este mundo no alcanzaría a creer esta escena. Realmente íbamos a un lugar como le había descrito pero había una trama por supuesto.

Me había tirado gran parte de la mañana tirado en el jardín de Lucius mientras me tostaba al sol en mi más puro estado animal, allí fuera no me molestaba nadie salvo Jule que se había propuesto hoy a molestarme con sus picoteos, no es que me hiciera daño si no que más bien ella lo hacía adrede para que me entrara la risa, la quería pero llegaba a ser demasiado molesta cuando se lo proponía. Al final y con mucha suerte conseguí atraparla entre mis zarpas, tenía todo el cuidado del mundo en no hacerle daño pero aun así no tuvo ningún reparo en picotearme, solté un gruñido de dolor y sacudí mis manos adoptando mi forma humana quedando así completamente desnudo - ¡OYE JULE NO PIQUES CON FUERZA! - grité mientras corría detrás de ella, obviamente me sacaba ventaja por que iba volando y el hecho de que se subiera a la copa de uno de los árboles de la entrada de Julius no ayudaba. Pensé en tirar abajo el árbol con ella encima a modo de juego pero aquello no le haría ninguna gracia a mi propietario por lo que a regañadietes accedí a irme de alí para no perder más tiempo, ¡yo también quería tener alas!.

Entré en la mansión algo embarrado pero no me importó en absoluto que me pudieran regañar, apoyé mis manos en la puerta y fui dejando un rastro de barro hasta mi habitación pero justo cuando me adentraba escuché la voz ronca del lobo llamándome desde la entrada, parecía estar ilusionado con algo por lo que no le hice esperar mucho y nada más estuve vestido -pero aun manchado- corrí como un loco por los pasillos hasta llegar a él en un tiempo récord y después subirnos al coche.

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Vi donde me estaba llevando, lo tenía más que claro y no iba a hacérselo tan fácil, me había hecho ponerme el cinturón pero sin que pudiera darse cuenta me lo desabroché para luego saltar del coche en marcha, seguramente de haber aterrizado en el suelo en mi cuerpo humano me había destrozado pero di gracias a mi tiempo de reacción para poder regresar a mi verdadera forma. Corrí como un alma desbocada esquivando todos los árboles que se me ponían por delante hasta que decidí para por el bien de Lucius, no quería ser malo con él así que me resigné a esperarlo sentado en un forma bastante cómida con los pies estirados - No quiero por que me vas a llevar a que me bañe, conozco bien este sitio - solté un bufido y seguido sentado, tendría que ofrecerme algo interesante para que aceptara.

El oso negro me había pillado sin duda alguna, me reír por mi torpeza dando a suponer que no sería tan astuto como para llegar a esa conclusión, no es que fuera una cabeza vacía pero en ocasiones no comprendía como podía ser tan torpe. Acercarme sería un problema teniendo en cuenta de que podía volver a salir corriendo, no tenía muchas granas precisamente de salir tras él de nuevo, debíamos cumplis unas pautas que había marcado para hacer hoy sin paradas - Vamos Jake, ¿de verdad que no quieres ver el sitio tan bonito que he encontrado para que puedas pescar algo? - quizás el estómago de mi compañero si que escuchaba mi petición, no era una novedad que supiera que al oso negro le pirraba el pescado por que desde el principio mi nevera estaba separada entre carne y pescado - siendo esta última la comida más abundante -.

Vi que se relamía el morro, emití un pequeño gruñido intentando de esta manera coger toda mi fuerza para saltar a por Jake y agarrarlo del pecho, tirando de él hacia arriba arriba consiguiendo que sobrevolara un poco por encima de mi hasta caer al suelo de espaldas - ¿Quieres que te de otra vuelta más o prefieres un beso...? - lo tenté mientras estaba encima de él tumbado y bien cerca de su morro, no tenía por que tener tanto miedo al agua, era irónico que un oso en apariencia tan grande como él pudiera temerle a la profundidad del agua. Con mi movimiento de antes tampoco le habría hecho tanto daño, no es como si disfrutara haciendo este tipo de cosas pero Jake debía entender que mientras estuviera bajo mi techo y por ende ligado a mi tendría que seguir mis órdenes sin rechistar, aun que eso significase hacer algo que no quisiera como en este caso era tomar un baño - ¿O prefieres que te de algo de cariño cuando lleguemos a casa?... tú y yo solos... - jugar estaba mal pero todo tenía su justificación, no le iba a engañar, más tarde tendría ese cariño de igual manera pero si algo sabía es que excitarlo era lo mejor para que tomara forma humana.

Ya le había dicho un no rotundo, no iba a doblegarme ante mi idea de esperar un poco más hasta el próximo baño, pero lo que no esperaba es que sin previo aviso Lucius se abalanzó sobre mi y en un abrir y cerrar de ojos me levantó por los aires, patalee e intenté ofrecer resistencia pero no pude evitar caer de espaldas contra la tierra soltando un alarido por el golpe. Me quedé inmovil, no pudiendo hacer nada para quitarme al lobo de encima, tenía el corazón a punto de estallarme por lo sucedido. Que me hiciera estas cosas a mi me dolían por que me recordaba a todo lo que tuve que pasar en el infierno junto a mi antigua manada, Lucius... Lucius era mi propietario y quizás tuviera derecho a hacerme esto.

Su cercanía era dolorosa para mi, ¿por qué? porque era el mayor causante de que mi entrepierna se abultase de manera indebida en las peores ocasiones, le quería pero no podía dejar de sentirme en situaciones como esta como un mero animal inútil más, quise besarle, sentir la calidez de su lengua, aquella la que tanto disfrutaba pero no fue hasta su última frase cuando olvidé todo para dejarme llevar. Adopté mi forma humana quedando así desnudo y lo empujé hacia delante para ponerme encima de él de forma provocativa - Si quieres que me bañe... encargate de ensuciarme bien ahora... - le arranqué prácticamente su camisa de un tirón para comenzar a mordisquear su cullo mientras movía mis caderas sobre su entrepierna para despertar a su lobo. La ventaja de ser el compañero de alguien como él es que el sexo es salvaje, no tenía por que reprimir ninguno de mis instintos y eso hacía. Mi respiración se volvía cada vez más brusca por la excitación y de vez en cuando algún que otro gruñido se me escapaba, quería que me follara salvajemente en el bosque como ya habíamos hecho alguna que otra vez, yo era un oso algo demasiado guarro y el hecho de retozar entra la tierra solo aumentaba mi excitación.

No me di cuenta hasta después de ver su reacción que no le hizo mucha gracia que lo levantara y le hiciera caer de mala manera sobre la tierra, a veces no podía evitar querer hacerme ver como el líder de la manada sin siquiera tener en cuenta que Jake ya me tenía como tal a pesar de todo, le dediqué una pequeña caricia en su lomo aun que suponía que aquello no era suficiente y lo pudo demostrar cuando se puso con brusquedad sobre mi, frotándose contra mi cuerpo sin ningún tipo de apuro. Dejé que hiciera lo que quisiera con tal de que olvidara lo ocurrido hace unos segundos, quería dejarle claro que no tenía nada en su contra y que podía usar mi perdón de esta manera, por supuesto yo no me negaría teniendo en cuenta que un buen joven como él no se posaba frente a mi para que lo tomara.

Llevé mis manos a sus nalgas para agarrarlas con fuerza y así separarlas para que su ano quedara a la vista, escucharle gruñir era lo más excitante que se podía pedir, no cabía duda de que aquí mi querido amigo el oso era un obseso sexual - Pero será rápido.. - aparté una de mis manos y eché un poco de saliva para ir dilatando su ya de por si dilatado ojete, metí un dedo sin problemas pero al ir metiendo el segundo ya se notaba un poco el impedimento - Enseñame como gimen los ositos - lo piqué haciendo que juntara mis labios con los suyos en un profundo y largo beso, nuestras lenguas jugaban sin ton ni son dejando pequeños hilos de saliva al separarnos, me lo quería follar ya mismo, por una parte para que pudiéramos seguir hacia delante pero por otra para bajar el calentón que aquí mi compañero me había dado. Dejé de dilatarlo y levanté un poco el culo para quitarme los pantalones sintiendo así el frescor de la tierra, miré hacia abajo para cerciorarme de que estaba lo suficiente empalmado como para follármelo, mojé mi polla con mi propia saliva y sin pensar lo situé en su entrada, al principio nada más meter la punta lo hice suave pero luego lo embestí con tal brusquedad que lo noté caerse por un momento sobre mi - Mmmmm... no sabes cuanto disfruto reventandote el culo - lo cogí de las nalgas y lo levanté un poco para comenzar a embestirlo con casi la misma fuerza que la primera, quería acabar rápido, por eso tenía tanta prisa y parecía un caballo desbocado.

No me importaba si era rápido o no por que sabía que igualmente lo disfrutaría, quería sentirlo tan dentro de mi como para poder liberarme, no sabía bien que era pero Lucius tenía algo que me volvía como a un loco, su forma de ser, su fuerza bruta, su cariño salbaje... todo cuanto lo hacía ser él lo amaba, no era ni mucho menos la única persona con la que me acostaba pero si seguramente con una de las mejores teniendo en cuenta que nunca me dejaba insatisfecho. Que me llamara osito no hizo más que molestarme pero de una manera sana, ese pique con el que se nos caracterizaba.

Cuando agarró mis nalgas di un pequeño respingón pero al poco de sentir sus dedos me dejé caer sobre el torso de mi propietario debido al placer que me estaba dando en mi entrada para que fuera dilatando, aun que no era eso lo único ya que a causa de la excitación ya comenzaba a soltar pre semen como si fuera una vaca en vez de un oso. La embestida me pilló por sorpresa y seguro que mi grito se pudo escuchar a kilómetros, consiguió ponerme de pie notando su gruesa polla abriendo por completo mi culo sin temor alguno - [color=red]Ooohh...